sábado, 12 de junio de 2021

EL NIÑO VALIENTE Y EL CASTILLO DEL FANTASMA GRUÑÓN

 Víctor era un niño normal, simpático, amable, valiente, a veces un poco travieso y muy muy curioso, él vivía cerca de un campo donde había un castillo que la gente de ese lugar decía que estaba encantado y todo el mundo tenía miedo de acercarse allí y claro él también, pero sentía curiosidad, nadie había visto nunca al fantasma y el sospechaba que simplemente la gente se había inventado esa historia para que los niños no jugaran cerca del castillo que estaba en ruinas y que no tuvieran un accidente.

Una noche Víctor tuvo un sueño, soñó que estaba en el campo y que entraba en el castillo y no ocurría nada, no había fantasmas pero sí un gran tesoro. Cuando se levantó Víctor decidió que tenía que ir al castillo así que desayuno sus cereales favoritos y llamó a su amiga María para que fuera con él al castillo. María que también era muy curiosa estuvo de acuerdo pero le dijo que ella sólo entraría hasta la entrada porque tenía miedo, así que quedaron en verse en una hora.

Antes de salir de su casa Víctor cogió una mochila, metió agua, una linterna y algo de picar y salió en busca de María. Estaba muy nervioso por fin iba a tener el valor de entrar en el castillo lo malo sería cuando se enterara su madre porque le iba a caer una buena. Por fin encontró a María y se fueron al castillo.

El castillo impresionaba mucho más de cerca, estaba casi destruido aunque la torre estaba en píe, Víctor miró a María y le dijo:

- Venga, vamos a entrar.

María apenas puso los pies en la puerta sintió tanto miedo que le dijo a Víctor que ella no entraba más así que Víctor entró solo. Nada más entrar empezó a sentir mucho frío porque las ventanas estaban rotas y entraba mucho aire, pero siguió adelante, de repente escucho un ruido terrorífico, miró para todos lados muy asustado y vio a una rata que tenía algo en la boca y entonces se rio de lo tonto que había sido por asustarse de una rata, pero de repente esa rata se puso a dos patas y empezó a crecer y crecer más, le salieron cuernos y parecía un Minotauro enfurecido, Víctor se quedo paralizado de miedo, no podía salir corriendo

de lo asustado que estaba, pero decidió no demostrarlo y le dijo a ese ser:

-”No te tengo miedo, apenas eres una rata que sabe hacer magia”

-” !Márchate de aquí¡ “, dijo ese ser y de repente se transformo en un gigantesco fantasma que tiraba todo por los suelos y lanzaba objetos de un lugar a otro.

-”No te tengo miedo, sólo eres un fantasma gruñón”, dijo Víctor

Entonces el fantasma empezó a dar alaridos más y más fuertes y se acercó a Víctor y lo cogió del cuello y le dijo: -”Vas a ser mi merienda”

Pero Víctor aunque muy asustado, se echó a reír y le dijo que un fantasma no podía comer a nadie porque no tenía dientes y que además le iba a sentar mal porque todo el mundo sabe que los niños se mueven mucho y hacen daño en el estómago, pero que le proponía un trato, el fantasma lo soltó y escucho el trato, Si Víctor lograba hacerle reír, el dejaría de asustar a la gente y dejaría a los niños que jugaran en su castillo y si no lo hacía se le comería a él y a sus amigos. Entonces el fantasma le dijo: -”Vale, empieza”

Pero Víctor le dijo que, en ese momento estaba cansado y que empezarían a la mañana siguiente y el fantasma accedió. Lo que el fantasma no sabía era que ese iba a ser el primero de sus muchos encuentros.

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